El bienestar es posible desde los sentidos.



¿Quién no sintió esa música que le estremecía o transportaba a momentos de paz y relajación? ¿quién no sintió ese aroma que le hizo dejar de hablar para disfrutar y sonreír? ¿quién no sucumbió bajo una caricia suave de alguien amado? ¿quién no sintió deleite por ese manjar que se deshacía en la boca? ¿quién no sintió como la belleza de un paisaje, una flor, una persona o una pintura le cautivaba y aislaba por unos momentos de la realidad?.

Las personas tenemos el potencial de transformar nuestro sentir de manera voluntaria y con ello nuestra realidad del momento.


Y creando momentos de deleite para los sentidos se pueden generar estadíos de felicidad, bienestar y paz que devienen en un cuerpo que representa ese sentir, que se regocija y sana desde un estado en el cual le resulta imposible experimentar malestar.

Es esa una atribución que las personas podemos tomarnos, volvernos hacía la satisfacción por momentos, momentos que pueden cambiar la vida de cualquier persona, porque esa es su voluntad y su decisión de querer estar en paz y feliz.

Cualquiera que haya percibido una imagen y/o sonido de un noticiero, o de una pelea televisiva, sabe lo que causa en su interior, y sabe cuán atraído se ve por esa sensación de auto-flagelación a través de la empatía con el horror y la deshumanidad.

El morbo que reina y que es tan popular y que crea a la vez más y más malestar general, es alimentado por la decisión de tantas personas, que inconscientes, que sin razonar, no atienden a lo qué están haciéndole a sus cuerpos y sus mentes, que una vez dañados ya no pueden brindar nada bueno a nadie.


Una amenaza a la salud encubierta en la cocina y medicamentos.


Parece increíble que los avances en el desarrollo de materiales más prácticos para la cotidianeidad, estén volviéndose contra la salud, aunque, al parecer, nunca estuvieron a favor.

Estamos en una era en la cual parece que la mercadotecnia empresarial está comenzando a quedar expuesta en los “beneficios” ofrecidos a sus usuarios contrapuestos a los perjuicios causados, que por cierto, suelen ser tanto mayores.

En el caso de los utensilios de cocina, es común entrar en un bazar y encontrarse con una gama importante de elementos de cocina en los que abundan materiales como el aluminio, teflón y plástico.

Estos tienen, sin duda, una gran practicidad, son irrompibles (o casi), no se pegan los alimentos, son livianos y portables.

Pero estos beneficios quedan opacados por estudios científicos realizados por aquellos que preponderan la salud y sobretodo la verdad, por sobre la ganancia económica y la “comodidad”.

Cepillarse los dientes, ¿es un hábito sano?.



Si usted es una persona que está teniendo problemas de tiroides, preste atención a esta nota.

Hay un hábito que nos fue impuesto por la costumbre y la creencia popular resultado de la desinformación o, mejor dicho, de la mala información.

La dedicación que ponen, hoy día, tanto la publicidad como maestros de escuela, odontólogos y padres, (estos últimos con una intención bastante diferente a la del primero), en el inculcar el cepillado de los dientes con dentífrico con flúor a los niños, es uno de los lamentables resultados de la alienación (*) de las personas en su propio perjuicio disfrazado de salud.

Hace muchos años se conocen los efectos que el flúor tiene sobre la glándula tiroidea, la cual es la encargada de mantener la tasa metabólica del cuerpo en general, y para la regulación del crecimiento y desarrollo.

Como todas las células metabólicamente activas requieren la hormona tiroidea para el correcto funcionamiento, la alteración de ésta puede tener una amplia gama de efectos en casi todos los sistemas del cuerpo.

La vacunación ¿es más benéfica que perjudicial?



Es parte de la creencia popular el pensar que todas las vacunas son buenas, que salvan a las personas de la muerte y de enfermedades dramáticas, como en aquellas historias que nos cuentan sobre enfermedades erradicadas en viejas épocas.

La cosa es, que hoy día el mundo ha cambiado, y el interés humanitario con el que se solían hacer las cosas antaño ha sufrido algunos cambios desde que la llamada corpocracia se puso al frente de la “salud” en muchas regiones del mundo, sobretodo en las más potentadas.

No es casual que hayan surgido diferentes organizaciones alrededor del mundo llamando a las personas a evaluar con sentido común las nuevas vacunas, su origen y verdadero motivo.

Siendo que los cambios no vendrán solos desde los sistemas de “salud”, ya que están altamente influenciados por la economía mercantilista. Donde los profesionales de la salud deben lidiar, al igual que todos, con él. Llegando a ser víctimas de algo que se está tragando a muchas almas.

Como responsables de nuestras vidas y como habitantes responsables de un mundo que depende en mayor parte de nuestras decisiones individuales, va siendo hora de que más personas emprendan esta marcha individual de valores humanos.

La vida, la felicidad y la salud deben prevalecer por sobre la ambición de éxitos económicos.