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La sobrevaloración más insólita.



Alguien le hizo este planteo a Jacque Fresco:

¿Por qué usted, siendo tan inteligente, no es millonario?.”

Y él respondió:
¿Por qué usted, siendo millonario, no es inteligente?”.

Es conocido que las personas somos heterogéneas de cierta manera, tenemos habilidades y gustos diferentes. Podemos compartir unos y otros alguna característica o no, pero esa variedad no necesariamente significa que unos sean superiores o más valiosos que otros.

Pero es notorio que hay una habilidad particular que tienen algunos y que está algo sobrevaluada, al punto de creer que esa habilidad es un don y una virtud, algo que destaca a la persona grandemente, poniéndola por sobre los demás, como una especie de gurú del éxito.

Esa habilidad particular es la de hacer dinero, es decir, la de generar riqueza monetaria y con ésta ubicarse a sí mismo en una posición de comandante de aquellos que están a su servicio por el dinero que éste les otorga.

Lo más extraño de todo esto es que muchos creen que para tener esta habilidad hay que ser inteligente o en su defecto astuto y no necesariamente es así.

El poder que otorga el dinero.

Hay un vínculo muy estrecho en el mundo actual entre el dinero y el poder. Ahora bien, ¿el poder de qué?.

Alguna vez leí  un consejo que daba un padre a su hijo y le decía algo como: “de vez en vez, saca un billete de tu cartera, mirándolo atentamente dí, este billete es mío. De esta manera dejarás en claro quien de los dos es el dueño".

Las personas parecieran haber perdido, luego de tanto tiempo, el verdadero sentido de la existencia del dinero que ha dejado de ser un medio para convertirse en un fin.

Una noche caminábamos con mi sobrina de nueve años a quien le habían regalado para su cumpleaños un billete de cincuenta. Me sorprendió cuando me dijo: “me gustaría tener un billete de cien”.

Yo, que sabía que ella no tenía demasiada idea del dinero, le pregunté para qué lo quería. Y no me sorprendió con la respuesta, sólo dijo, “para tener uno”.

Así aproveché la oportunidad y le hice este planteo:

Imagina que en este momento comienzas a sentir hambre, tienes tu billete de cien pero no hay nadie que te lo cambie por comida, ¿qué haces?.

Y respondió, “ni siquiera lo puedo comer porque es tóxico”.

Ese es el valor que tiene el dinero. Ninguno. El dinero sólo vale cuando puedes cambiarlo por algo. El valor está en las personas, lo importante son las personas, es a ellas a las que tienes que valorar por sobre tu dinero.