El trabajo psicológico que genera drogadictos.


Merece nuestra atención un tema como la drogadicción y/o la drogadependencia de quienes fueron y son engañados e inducidos por la mentalidad de la fast-fármaco-solución.

Parece increíble e irrisoria la necesidad que tienen algunos “profesionales” de la salud de calificar todas aquellas emociones normales del ser humano de patologías psiquiátricas.

Aquel que pasa por la ausencia de alguien amado, pierde el trabajo que le sustenta o se separa, naturalmente, sufre, se entristece, decae el ánimo, las defensas, sus fuerzas, su vitalidad,  hasta que, pasado un tiempo,  logra levantar cabeza e ir dejando el pasado atrás.


Uno diría que se tiene una patología psicológica, si la persona en cuestión se pone a saltar de alegría en una situación como las mencionadas.

Sin embargo, para algunos profesionales de la psiquiatría (más que nada) es considerado patológico lo primero. Mismo lo hace con tantas otras cuestiones, creando así una falsa enfermedad y por ende la necesidad de medicamentos.

Crean en la persona un halo de inseguridad, les convencen de que nada pueden hacer por sí mismas, de que lo que sufren tiene un nombre y que es una enfermedad o desorden mental muy bien conocido y que se suaviza, “calma” o mitiga con psicofármacos.

Así es como los insomnes, hiperactivos, depresivos, faltos de deseo sexual, estudiantes, madres, padres, empleados, médicos, empresarios, artistas etc..etc, son, hoy día, grandes consumidores de psicofármacos(1).



Y qué hay de los niños que sufren el famoso  TDAH Transtorno de Déficit de Atención con Hiperactividad(2), medicados desde muy chicos, causandoles drogadependencia a partir del miedo de sí mismos. Si no le dan la medicación se mueren de miedo por lo que les vaya a pasar o por lo que vayan a ser capaces de hacer.

Sabemos que existen grupos de ayuda como Alcohólicos Anónimos, y otros de ayuda a adictos "voluntarios" de drogas psicotrópicas, pero ¿quién ayuda a los adictos víctimas de los psicofármacos legales?.


Estas personas no tienen a quien recurrir, porque no se considera a la adicción y/o dependencia de las drogas legales como patológico. No se contempla el daño causado por la filosofía de la psicofarmacia que “soluciona” todos los males contemporáneos, o sea, los de una vida sin vida.

Desde ConSumaSalud hacemos un
Llamado de Atención:

Primero: a las personas en general, a que sean fuertes y no se resistan a las experiencias que tienen en sus vidas, sea que se traten de extrema felicidad o tristeza, paranoia o pensamientos recurrentes. Pidan ayuda a grupos y personas con quienes puedan compartir sus experiencias, pasen por aquellas cosas que duelen y lastiman, porque pasan. Porque todo pasa, “bueno” o “malo”, porque nadie está exento de nada. Y recuerden, ponerse en el lugar de víctima nunca ayudó a nadie a salir adelante y superar lo pasado.

Segundo: a los profesionales de la salud, busquen la raíz del problema, indaguen, y sientan cariño, vuélvanse humanistas, personas de bien. Ya no entreguen la felicidad y salud de las personas por los arreglos con laboratorios(3). No acepten doctrinas ridículas, aunque sean académicas.

Tercero: a los adictos que desean dejar de depender de psicofármacos, busquen encontrarse, crear campañas de concientización, crear grupos de ayuda, dar a conocer sus historias para evitar que otros pasen por lo mismo.


La única enfermedad es la de la falta de libertad en el ejercicio de la vida. Y la libertad sólo es posible en la lucidez.


Las cadenas se están derritiendo,

lenguas de fuego las están lamiendo,

deseosas de liberar a un ser preso.

Se oyen gritos y lamentos,

desde desiertos lejanos asiste el viento,

reaviva las llamas y reduce el tiempo.

Gotas de acero hacen más sólido el suelo,

un mar de agua salada socorre al enfermo,

sana sus yagas de esclavo y sus heridas del fuego.

Una madre recibe a ese ser desvaneciendo,

le sostiene, abraza y da alimento.

“No te preocupes hijo, nada está sucediendo.

No entregues tu poder al sueño,

abre los ojos y reconoce,

siempre has estado en el cielo".

Micaela Javi


La Dra. Volkow comenta que: "A los investigadores nos sorprendió muchísimo encontrar pruebas concluyentes de que la Ritalina es más potente que la cocaína. No nos lo esperábamos... Los datos muestran claramente que la noción de que la Ritalina es un estimulante débil es totalmente incorrecta". Los investigadores admitieron que se desconocen los efectos a largo plazo de los cambios químicos en el cerebro, causado por el metilfenidato (el nombre químico de Ritalina) a pesar de que desde hace varias décadas se administra esta droga a los niños.  Desde hace algún tiempo ya existían indicios de que el consumo de estimulantes encogía el cerebro, pero según se describe en un informe publicado en el Doctors for Disaster Preparedness Newletter del mes de septiembre de 2001: "Hasta ahora no se habían investigado, de manera sistemática, los posibles efectos (del tratamiento estimulante) en el desarrollo del cerebro. Un estudio publicado por la Universidad de Buffalo en Nueva York en noviembre de 2001 sugiere que la Ritalina tiene el potencial de causar cambios a largo plazo, en la estructura y función de las neuronas".

El Dr. Fred A. Baughman Jr., neurólogo infantil y miembro de la Academia Americana de Neurología, que ha expresado por todo el mundo su postura en contra de la administración de drogas a los niños, afirmó: "No existe un sólo 'trastorno de comportamiento' que se haya podido comprobar que sea una enfermedad o algo orgánico o biológico". El "trastorno" que se diagnostica a los niños con más frecuencia, es el Trastorno de Atención Deficitaria por Hiperactividad (ADHD). Baughman se dio cuenta de que en un informe publicado durante la Conferencia del Instituto Nacional de Consenso para la Salud sobre el ADHD, que tuvo lugar entre el 16 y 18 de noviembre, se admitía que el ADHD no existe: "No tenemos ningún test válido independiente para poder diagnósticar el ADHD, y no existe ninguna evidencia que indique que el ADHD está causado por una disfunción cerebral". De la misma forma, Baughman indicó que tampoco existe ningún test válido para los otros dos "trastornos del comportamiento" que se diagnostican con frecuencia. Los expertos afirman que estos trastornos son un fraude, y que cualquier diagnóstico que desemboque en la administración de peligrosos psicofármacos a un niño, no es sólo fraudulento, sino que también es un delito.


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